El problema de la corrupción en México es más preocupante aún cuando nos referimos a las instituciones encargadas de la formación de los niños, jóvenes y ciudadanos, esto es a las Escuelas y Universidades del País, un dato alarmante en este sentido es que sólo 10 por ciento de la Universidades privadas cuentan con acreditación de calidad; apenas 37 escuelas tienen carreras reconocidas por el consejo para la acreditación de la educación superior, y sólo 49 posgrados son válidos para la SEP y el Conacyt, además de lo anterior entre 2000 y 2008 a 432 instituciones se les negó el Registro de Validez Oficial y a 99 se les retiró el reconocimiento de sus planes de estudio.
Durante mucho tiempo las instituciones educativas publicas o privadas han manejado la idea de educación para la vida, sin embargo dista mucho esa filosofía o fin que persiguen con los resultados obtenidos, ello se refleja en los siguientes aspectos:
La falta de planeación y de política pública que dirija el modelo educativo ha generado un déficit en cuanto a la calidad en el contenido de la educación que se imparte principalmente por el Estado, esto aunado a la falta de coordinación de las fuerzas productivas y económicas, con la preparación de los profesionistas en las diversas áreas del conocimiento. Dicho de otra manera el sistema educativo mexicano no genera los profesionistas en áreas estratégicas que impulsen el desarrollo del país, por el contrario existe una desproporción con relación a las oportunidades laborales, de tal suerte que algunas profesiones están sobre saturadas y en otras hay un total desinterés.
En primer ejemplo de combate a la corrupción y a la simulación lo deben de dar las instituciones educativas, pues de lo contrario es difícil hablar de una formación en el marco de los valores, el respeto y el cumplimiento a la Ley.
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