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Como decia Benedetti:





"Te propongo construir un nuevo canal sin esclusas ni excusas que comunique por fin tu mirada atlántica con mi natural pacífico."







miércoles, 17 de noviembre de 2010

EXPERIENCIA EN LECUMBERRI

Creo que una de las vivencia que mas recordaré durante mi estancia en esta Ciudad es sin duda haber visitado las Instalaciones del Archivo General de la Nación, el primer acercamiento que tuve a la historia de ese lugar fue cuando estudiaba la preparatoria, pues una amiga me prestó un libro titulado “La Noche de Tlatelolco”, fue mi primer acercamiento a los acontecimientos ocurridos en ese lugar, que sin duda alguna estoy segura no describe lo más atroz de las actividades realizadas en él. Comparto al final una de las lecturas que incluye el libro de Elena Poniatowska.
 
Ahora si con ese preámbulo puedo decirles que conocer ese lugar me hizo sentir un vaivén emocional que estaba entre la tristeza y la soledad, el permanecer de pie en el centro del panóptico desde donde se ve a lo lejos cada y uno de los pasillos que conforman las celdas, da una sensación control y de vacío, supongo que en su estructura original permitía ver con mas exactitud hacia cada uno de los pasillos. Las celdas son muy pequeñas para el número de presos que supuestamente eran encerrados. Sin embargo he de decirles que lo que más me impresionó fue el panóptico pequeño que se encuentra a un costado, es un panóptico aislado cuyas celdas son aun más pequeñas, eran los lugares en donde torturaban a los presos, el situarme en la torre central del mismo ha sido una de las impresiones mas fuertes emocionalmente que he experimentado, pues verdaderamente aún sin ser atormentado el estar ahí me traslada a una experiencia de mucho dolor, angustia, impotencia y desesperación, la celda es como un triangulo y está a la intemperie, supuestamente quienes eran encerrados ahí además de ser torturados pasaban fríos y recibían los rayos del sol directamente y no se diga todo lo demás que sucedía en condiciones insalubres pues no tenían baños.
 
Con la experiencia vivida y la historia de ese lugar, desde que se creó la penitenciaría para el Distrito Federal en el año de 1886 hasta los acontecimientos de 1968, me queda claro que ningún propósito de rehabilitar cumplió si no todo lo contrario, pues no creo que se haya sembrado algo más que dolor y resentimiento en todas esas personas que fueron encerradas.

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